Durante la misma etapa de la Restauración Borbónica y conforme la opinión pública comienza a percibir lo vicioso del sistema electoral, sobre todo en las zonas rurales, surgen publicaciones satíricas y de información en las que se refleja mediante el humor lo desvirtuado del sistema electoral en ese momento.
En esta imagen aparece el mapa de España fragmentado en provincias. A cada provincia, como indica la imagen, se le asocia la imagen del cacique que controla el voto y la voluntad popular. El poder del sistema político de la Restauración llegaba a todos los puntos de España gracias a este sistema.
El fraude electoral llegaba a tal extremo que en muchos lugares el número de votos superaba con creces al número de habitantes. En esta imagen y de manera satírica se aprecia como los muertos salen de los nichos para dirigirse a las urnas electorales y votar así a los partidos del turno.
Esta imagen, al igual que la superior, muestra el fraude electoral. Se ve una discusión en la que los hombres, extrañados, comentan que el número de votos es infinitamente superior al número de habitantes del distrito, síntoma inequívoco del pucherazo electoral.
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